Ricardo Toto Giles
Un auténtico Sportman
Lo subieron entre varios al escenario con su silla de ruedas. Tomó el micrófono y el salón quedó en silencio. Dijo lo justo y necesario para transmitirles lo que significan el rugby y el club a decenas de chicos, adolescentes, mayores y veteranos. Hasta el fondo del corazón. Ocurrió a fin de 2013, en la cena de Pucará, el club que fundó hace 7 décadas. No podía ser otro su último acto. El lunes se marchó, a los 94 años. Ricardo Giles, el Toto Giles, significó alguien que engalanó al rugby argentino. Afuera y adentro, como debe ser.
Giles representó fielmente lo que los británicos definieron como Sportman . Un caballero del deporte. Nato. Fue campeón de básquetbol en Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, su primer club, con el cual también salió campeón de rugby en 1943. Representó al país en béisbol en los Panamericanos de Buenos Aires 1950, de los que recordaba, orgulloso, el haber compartido la mesa en la Villa con Roberto Viau y Pascual Pérez, glorias del básquetbol y del boxeo. Y en el rugby brilló en Pucará y en el seleccionado en una época de oro: los 40 y 50. Ya retirado, en Olavarría, donde se instaló por su profesión de ingeniero, resultó clave en el desarrollo del juego y de Estudiantes de esa ciudad, cuya cancha N° 1 lleva su nombre.
Es imposible separar a Giles del Gringo Guillermo Ehrman. Juntos se fueron de Gimnasia a Pucará, donde completaron un raid espectacular: campeones consecutivos del Ascenso, Segunda y Primera entre 1944 y 1946. Y en el seleccionado formaron una de las mejores parejas de medios de la historia. Ehrman de 9 y Giles de 10. El Gringo, que también fue un Sportman (representó al país en rugby, béisbol y golf) se marchó antes, hace 6 años.
Giles -también con Ehrman a su lado- fue el capitán del seleccionado que en 1949 perdió apenas perdió por 5-0 (un try, que valía 3, y un penal) ante la poderosa Francia. “Me sentí orgulloso ese día de mis compañeros, ya que, siguiendo la leyenda, todos dejamos el alma en la cancha”, nos contó a Alejandro Cloppet y a Pablo Mamone cuando lo entrevistamos para el libro Ser Puma. Y en 1952 formó parte del XV que le empató a Irlanda. Guillermo Alonso, periodista y hombre de Pucará, aporta un dato poco conocido: el Toto no pudo jugar el histórico partido que los de Burzaco les ganaron en ese mismo año a los irlandeses. La noche anterior había muerto su suegro.
Esa era, la de los 40 y 50, la más romántica del rugby argentino, fue gloriosa. Con el seleccionado llenando GEBA de Maldonado en cada presentación. La que inspiró más tarde la leyenda Puma del 65. De hecho, otros dos emblemas de Pucará, el capitán del 65, Aitor Otaño, y el autor de la famosa palomita ante los Jr. Springboks, Marcelo Pascual, crecieron viéndolo jugar a Giles.
Giles fue el mejor 10 hasta que apareció Hugo Porta, a quien admiraba y quería especialmente. “Era un caballero, una persona por la que tuve un gran aprecio. Era tan humilde que cuando estábamos juntos y alguien se acercaba, él le decía: éste juega en serio, no como yo . Sentí una gran pena con su muerte”, me confiesa el ex capitán de los Pumas.
Un último recuerdo para retratar a Giles. Su padre, que era socio vitalicio de Gimnasia y Esgrima, le pidió especialmente que no se vaya a otro club. El le respondió: “No puedo. Mis amigos se van y yo me voy con ellos”. Y se fue.
Por Jorge Búsico
LA NACION