Pumas del 65 – Parte III
Gira Historica
Con diferencia de un año, dos de los mejores seleccionados de las Islas Británicas realizaron giras por nuestro país; en la cancha de Gimnasia y Esgrima, los Pumas retribuyeron el gran entusiasmo del público y derrotaron a los galeses, por 9 a 5, en 1968, y a los escoceses, por 20 a 3, en 1969.
Los grandes momentos; Gales y Escocia a sus pies
El 14 de septiembre de 1968, frente a Gales (9 a 5), y 13 de septiembre de 1969, ante Escocia (20 a 3). Con dos victorias en la cancha de Gimnasia y Esgrima, los Pumas empiezan a afianzar en casa ese despertar al gran nivel del rugby que significó el triunfo frente a los Juniors Springboks en 1965. Además de la continuidad de la competencia internacional, fue también el comienzo del romance entre la gente y el equipo nacional.
«Fueron dos triunfos reconfortantes, porque Escocia y Gales eran equipos reconocidos en el mundo y porque pudimos vencerlos ante nuestra gente. Los galeses tenían un equipo un poco más duro y por eso salieron dos encuentros complicados y con poco brillo. Contra los escoceses fue más lindo; se pudo disfrutar más y nos impusimos por mayor diferencia», recuerda Alejandro Travaglini, protagonista, en el centro de la cancha, de aquellos cotejos históricos.
Fue uno de los primeros pasos en el seleccionado para el jugador del CASI: «El año anterior al enfrentamiento con Gales debuté en el Sudamericano. Yo había jugado en los Pumas B como wing, y habíamos perdido con los galeses, que tenían a dos jugadores que después serían figuras: Phil Bennett y J. P. Williams. Después actué como centro en el primer equipo y los derrotamos por 9 a 5.
«Contra Escocia, en 1969, tuve la suerte de marcar dos tries. El juego era totalmente distinto. Los tres cuartos no teníamos mucha disposición de la pelota y nuestro fuerte era la defensa y en ataque, la pelota a cargar. En esos tiempos el que sufría mucho era el fullback, porque tenía que ir a buscar todos los kicks y recibía la carga de los rivales, y las reglas no lo protegían tanto como ahora. Era muy común que los jugadores en ese puesto salieran lesionados».
Travaglini, el más destacado de una familia históricamente ligada al juego, representó uno de los primeros recambios generacionales en un equipo que todavía mantenía la base del plantel que realizó la famosa gira por Sudáfrica en el 65. Chiquito llegó en forma meteórica al seleccionado: «Empecé a jugar en la reserva mala del CASI, a los 18, después pasé a la reserva buena, y enseguida a primera; en un año y medio estaba en los Pumas. Creo que no me di cuenta de lo que eso significaba. Lo viví con mucha naturalidad».
Los seleccionados británicos llegaron a la Argentina conociendo el crecimiento y los resultados que los Pumas habían conseguido en los últimos años, y lo hicieron sin dar a sus equipos la denominación oficial: eran Gales XV y Escocia XV. «En esa época ni siquiera se sospechaba la difusión que los Pumas alcanzaron después. La que iba a vernos era toda gente de rugby, aunque el estadio de Gimnasia y Esgrima estaba lleno. Después se pasó a Ferro y allí sí empezó a acercarse público que no conocía tanto el juego.»
Héctor Pochola Silva era un hombre fundamental para aquellos tiempos de los Pumas. Descolló con su juventud y su categoría en la gira del 65 y, con mayor experiencia, era uno de los líderes del equipo que se enfrentaría con los británicos: «En el 68 teníamos que revalidar los títulos que conseguimos en Sudáfrica tres años antes. Fue la primera gira importante de un seleccionado a nuestro país.
«Nos asombró a todos que la cancha de Gimnasia y Esgrima estuviera llena como si fuera un estadio de fútbol. Antes, los cotejos del seleccionado se jugaban con pocos espectadores, sólo los fanáticos del rugby. A partir de esa gira de Gales el crecimiento de la popularidad del rugby no tuvo freno», rememora Silva de aquel partido del 1968.
De los enfrentamientos del año siguiente, el veterinario platense, hombre de Los Tilos, cuenta: «Con Escocia, las cosas fueron diferentes, empezando por el triunfo por 20 a 3 que hasta allí era el más amplio conseguido ante una potencia. Pero en el terreno personal, me dieron la gran oportunidad de ser capitán de los Pumas. Una responsabilidad que quería y me gustaba, pero que implicaba la doble función dentro de la cancha: estar concentrado para jugar y además tomar las decisiones correctas para el equipo. Para mí, la gran figura de la serie fue Tomás Harris Smith, que debutaba con sus insolentes 18 años y descolló en una posición clave como la de apertura».
No sólo hubo buenos resultados. También se avanzó en una cuestión tan importante como la preparación de los test: «Fue la primera vez que Alberto Camardón y Angel Guastella consiguieron que la Unión Argentina de Rugby accediera a que los Pumas hicieran un trabajo con mucha anticipación. No era algo habitual, por el contrario, todo era nuevo. Los entrenamientos todos los días, los preparativos para cada partido, las concentraciones, etc.»
Luis García Yáñez, considerado uno de los mejores pilares de la historia de los Pumas, fue uno de los que vivieron aquellos partidos en el puesto más caliente y con más fricción. Su recuerdo de los enfrentamientos con galeses y escoceses está muy fresco: «Para recibir a Gales nos juntamos dos semanas antes, en Liceo Naval. Nos propusimos jugar unidos y entregar todo. Ellos venían con dos jugadores que iban a deslumbrar en la década siguiente: Phil Bennett y J.P. Williams. Además, tenían a un hooker temible como Rees.
«Salió un partido muy duro y con muchos roces contra los galeses. Nosotros empezamos a experimentar el recambio generacional después de Sudáfrica 65. Aparecieron valores jóvenes que enriquecieron el equipo. En el centro de la cancha, dos jugadores talentosos y potentes como Arturo Rodríguez Jurado y el Chiquito Travaglini. Mario Walter, como wing, también intimidaba con su tamaño, y entre los forwards apareció un jugador pesado y con aptitudes como Adrián Anthony», cuenta el hombre que se desempeñó durante muchos años como médico de los planteles del seleccionado nacional.
La victoria por 20 a 3 sobre Escocia tuvo repercusiones buenas y no tanto. Así lo recuerda García Yáñez: «Contra Escocia decidimos darle un poco tiempo más a la preparación, por lo que durante un mes nos entrenamos con el club y con el seleccionado. Además, ellos eran los campeones del Cinco Naciones y tenían a seis integrantes de los Lions (el seleccionado de las Islas Británicas). Fue otro match muy duro, aunque ganamos con más facilidad. Sin embargo, durante la semana previa al segundo partido recibimos algunas críticas de una revista que nos acusaba de ser poco hospitalarios con los escoceses, de tratarlos muy duro en la cancha. Las autoridades de la Unión nos hablaron, trataron de suavizarnos un poco para la revancha y finalmente no rendimos de la misma forma. Perdimos, un triunfo para cada uno y todos contentos».
El cambio de mentalidad de los jugadores argentinos ya se palpaba. Para los visitantes ya no habría giras fáciles: «En el primer test salió lesionado el pilar escocés Carmichael, con una herida importante. Y la gente no entendía que se jugara con esa agresividad, ellos iban a ver lucirse a los británicos, a verlos correr con la pelota. Pero nosotros ya no estábamos para ser partenaires de nadie». Los Pumas seguían forjando su carácter y su espíritu ganador.
Por Alfredo Bernardi y Fernando Pedersen.