Entre la ansiedad y la expectativa
El tiempo se recorta sin pausa y con idéntico vértigo toma cuerpo la incertidumbre en el entorno de Los Pumas. Pasaron casi seis meses de la última vez que se vio al seleccionado en escena (fue en la pálida derrota ante los irlandeses por 9-29, en Dublín), y a pocos días del reencuentro, en la recta final hacia la Copa del Mundo, quedan aspectos por esclarecer.
El último nubarrón que oscureció el panorama tiene que ver con la posibilidad de que los clubes ingleses sean estrictos en el cumplimiento de los ciclos de descanso de sus jugadores/empleados. La «famosa» regla 9, la que trata la disponibilidad de los rugbiers, puede ser una vez más el condicionante para que el seleccionado argentino tenga a mano a los hombres de la Premiership.
El head coach Santiago Phelan acaba de especificar que en los inminentes compromisos con los Barbarians Franceses (4 y 11 de junio) existe la posibilidad de que unos pocos de los 45 citados no jueguen, pero eso no conspira con la intención de utilizar estos actos con un sentido evaluativo, para terminar de diseñar el plantel definitivo (de 30) con el que la Argentina estará representado en Nueva Zelanda. Y si los jugadores que provienen del Reino Unido no obtienen el permiso para salir al campo de juego, surge una complicación sincera.
Los rugbiers que pueden quedar bloqueados son Camacho, Vallejos, Agulla, Ayerza y Mieres (González Amorosino se liberaría pues tiene resuelta su continuidad en Montpellier, y lo mismo ocurriría con Lalanne, que no seguirá en London Irish).
Cada caso de este grupo tiene sus matices; por ejemplo, Agulla y Camacho compiten por la titularidad -Ayerza no necesita rendir ninguna prueba-, mientras que para el segunda línea rosarino Vallejos, flamante incorporación al plantel, sería una frustración, pues sin ningún partido en su currículum no podría ganarse el reconocimiento, casualmente en un puesto en el que se necesita otra alternativa.
En una etapa en la que Los Pumas necesitan, con extrema urgencia, sumar minutos en la cancha, cualquier recorte a su nómina se vuelve contraproducente en el aprieto por amalgamar su estructura y acercarse al equilibrio.
Pero para lamentarse -o no- de esta apremiante circunstancia habrá que esperar para comprobar si el rumor se vuelve realidad, aunque además de esta alarma, el conjunto argentino tiene otras cuentas pendientes para encontrar su mejor expresión.
En lo concerniente al funcionamiento, hace falta conseguir seguridad en la obtención de la pelota, porque aún no existe esa garantía para imaginar una contundencia ofensiva. Y en referencia a los nombres, con bastantes hombres sin la continuidad ideal en sus equipos europeos (por lesiones o por estar relegados), es indispensable jugar, pero sin prestar tanta atención al oponente de turno -ni contemplar su jerarquía, sino en tratar de ajustar las piezas.
Tampoco se vislumbra tan resuelto quién, por ejemplo, vestirá la camiseta N° 9. Vergallo, Lalanne, Figuerola y Bruzzone son los postulantes para un lugar en el que nadie sacó una ostensible preeminencia.
La vigilia por Hernández no interfiere en los planes, pues hace casi dos años que el ex Deportiva Francesa no se desempeña en el seleccionado, y se sabe que su presencia -deseada por todos, por supuesto- está casi librada al azar.
Tampoco se puede desaprovechar el muy buen estado de los valores de los Pampas (hay 13 campeones de la Vodacom Cup citados), porque, como se apuntó, frente a compañeros con una actualidad sin tanto rodaje, ellos llegan con un envión para no desestimar.
En definitiva, en esta espera por la presentación en el estadio de Independiente, no se puede ocultar la ansiedad por empezar a develar los interrogantes, pero con la certeza de que las soluciones asomarán convincentes.
Por Santiago Roccetti
Scrum.com