«El sueño era estar en la final»
En Rosario todo es alegría. La victoria ante Cuyo lo vuelve a poner en la final del Argentino después de 17 años y lo deja a sólo 80 minutos de conseguir su segundo título en la historia, después del logrado en 1965. Y claro, el tercera línea Pablo Colacrai no es la excepción. «Estamos muy contentos. El objetivo y sueño era estar en la final. Se trabajó mucho en busca de eso», le explicó a Scrum.com y rápidamente puso la mirada en el durísimo Tucumán, rival del próximo sábado. «Vamos a dejar la vida en la cancha».
– ¿Se imaginaban hace unas semanas estar en la final?–
Es el sueño con el que empezamos. Por momentos, después de Córdoba, lo vimos muy lejano ya que no jugamos para nada bien en casi todos los aspectos del juego, pero de a poco las cosas fueron saliendo. Se mejoró mucho la defensa, la obtención y la cohesión como equipo entre forward y backs. Eso nos fue dando seguridad para conseguir los resultados que nos llevaron a estar hoy acá.
– Seguramente tuvieron que trabajar mucho, en la cabeza más que nada, después de Córdoba…– Sí, después de Córdoba fue cuando me incorporé y la verdad es que sí se trabajó mucho en la cabeza. Sabíamos que teníamos que cambiar esto sí o sí, que solamente dependía de nosotros, que teníamos muchas armas pero sino le metíamos mucho al bocho se iba hacer difícil. Creo que desde esa semana fue todo así, mucha mucha cabeza y eso nos fue dando la confianza que necesita todo equipo para obtener resultados.
– Se habla de sorpresa, ¿ustedes se consideran así?
– Y sí, hace mucho que Rosario no accede a instancias finales, tal vez por eso no somos los candidatos como Buenos Aires, Córdoba o Tucumán que vienen metiendo finales seguido. Pero, bueno, tradicionalmente Rosario siempre fue animador del Argentino. Hoy por hoy, en este ciclo, el objetivo y sueño era estar en la final. Se trabajó mucho de partes de todos por igual: entrenadores, médicos, kinesiólogos y jugadores. Se hizo un trabajo súper serio y se consiguió una parte del sueño.
– Un título en 1965 y una final en 1993, ¿están listos para entrar en la historia del rugby rosarino?– La verdad es que es un desafío enorme. No hay nada más lindo que jugar una final y por ende vamos a dejar la vida en la cancha, pero este equipo demostró que así se puede ganar; nada de jugadas súper complicadas ni firuletes, sólo con la pasión que sentimos por la camiseta y por este grupo de amigos que se formó. Y como en toda final, el que menos se equivoca, gana.
– ¿Y entonces cómo te imaginás el sábado a la noche?– Ojalá que festejando. Las finales son para ganarlas, pero sabemos que nos topamos con un equipo terriblemente duro y que viene de ganarle a Córdoba, entre otros, con el cual nosotros nos comimos goleada. Así que va ser muy muy duro. Habrá que esperar hasta el pitazo final.
Por Leonardo Ayala
Scrum.com