Córdoba empujó a Los Pumas a la victoria
El aliento de un público conocedor del rugby fue constante y los 25.000 espectadores se hicieron sentir en el estadio Mario Alberto Kempes. Tras el fallido paso por San Juan, el seleccionado recuperó la mística que le faltaba en las tribunas.
La segunda escala del seleccionado argentino en este tour por el interior del país que con buen tino propició la UAR tuvo un recibimiento mucho más auspicioso que en la primera. Córdoba acogió a Los Pumas con el calor que se merecen y que esta provincia mediterránea acostumbra a brindar.
Ya desde tres horas antes del horario estipulado para el inicio la gente se agolpaba en los portones aún cerrados del majestuoso estadio Mario Alberto Kempes, intentando conseguir los últimos tickets disponibles.
Para la hora del pitazo inicial del irlandés George Clancy, las tribunas estaban casi repletas: 25.000 espectadores llegaron de la capital y del interior de la provincia para dejarse contagiar, por primera vez en cuatro años, de la garra de Los Pumas.
Se trató de la tercera vez que el seleccionado jugó en tierras cordobesas. La primera había sido en 2003, cuando Los Pumas vencieron a Fiji por 49-30. Las otras dos fueron sendas derrotas ante Italia: 30-29 en 2005 (la noche que el local Ramiro Pez se vistió de verdugo) y 13-12 en 2008, en la última visita.
El Bebe Contepomi y el Colorado Fuselli animaron la espera. Cuando Los Pumas salieron a hacer el precalentamiento, estalló el “Olé, olé; Pumas, Pumas”. Y cuando por los altoparlantes se anunciaron los equipos, llovieron tibios aplausos para Felipe Contepomi.
El celeste y blanco copó las tribunas, más allá de muchas banderas de clubes y chicos con sus camisetas que delataban que todo el rugby cordobés estaba representado. Se destacaban dos trapos de Los Cuervos, también presentes en San Juan. Por supuesto, los clubes principales estuvieron representados: Tala, La Tablada, Jockey Club, Córdoba Athletic, Universitario, Palermo Bajo… Pero también otros del interior: Urú Curé (Río Cuarto), Jockey (Villa María), Carlos Paz RC, y varios más.
Los himnos terminaron de meter a la hinchada en clima y, desde el comienzo, el aliento se hizo sentir. “Huevo, huevo, huevo; Pumas, Pumas, Pumas”, se escuchó con asiduidad. “Felipe, Felipe”, se oía cada vez que el centro intentaba un penal. Los franceses, presentes en buen número, también se hacían sentir, cantando la Marsellesa o el clásico “¡Allez les bleus!”. También hubo una ovación para el local Rodrigo Bruno cuando ingresó.
Cuando el partido se hizo chato, los cordobeses recurrieron a la clásica ola, que los animó para volver a alentar. La explosión que provocó el try de Agulla se multiplicó con el de Montero y todos terminaron festejando, con show de fuegos artificiales incluido.
Siete días atrás, en San Juan, la gente no acompañó y le marcó un llamado de atención a la dirigencia, en su intento por llevar Los Pumas a todo el país. Las tribunas vacías no son el mejor aliciente ni para el equipo ni para los intereses comerciales de la UAR, más allá de la plata que ingresa de parte de los gobiernos provinciales. Como Gioja entonces, aquí De la Sota también hizo su parte. Esta vez, en un reducto que respira rugby y no por nada es el bicampeón argentino, la gente empezó a darle la razón.
En una semana, será el turno de Tucumán. Costará igualar lo que se vivió en la Docta, pero el amor por la ovalada allí es bien conocido. Será el último partido de la ventana, pero la gira continuará en el Rugby Championship por Mendoza, La Plata y Rosario. Allí van Los Pumas.
A Pleno Rugby