Ser o no ser profesionales
Ser o no ser profesionales ¿esa es la cuestión? ¿ en qué consiste ser profesional?. Tomás De Vedia intenta contestar la pregunta.
En mi experiencia el cambio del rugby amateur en Argentina al rugby profesional significó muchos cambios, desde ya en mi vida personal con la mudanza en solitario a otro país, pero también en lo que respecta al juego fue entrar en un mundo totalmente diferente. El vivir para el deporte es algo que muchos anhelan y pocos llegan a cumplir.
Al ser un profesional a veces pasa uno por pesado o raro para el resto ya que se debe ser detallista en casi todos los aspectos que involucran al juego desde las destrezas después de la práctica, en la alimentación y en el descanso. Para ser justo, yo como muchos otros, siempre me entrené como un profesional pero haciendo una vida de amateur, por lo tanto todo era a pulmón como se dice. En realidad mi percepción de la palabra profesional es alguien que desarrolla una actividad buscando la excelencia y la calidad explotando cada aspecto al máximo, no necesariamente recibiendo un salario por ello, aunque en general esto último es inherente a ello.
Sin embargo, en el mundo profesional (el remunerado) me di cuenta de cosas que no imaginaba. Por empezar que ya no es un hobby sino que es un trabajo, y los compañeros de equipo no siempre son amigos. A veces no se juega por la camiseta sino por lo otro (ah! el vil metal!). De todas manera eso no impide que el deporte se juegue mejor que nunca hoy en día.
Pero hay algo que nunca puede faltar y eso es el corazón para jugar. La famosa garra. Porque sin corazón no existe el alma y algo sin alma es algo vacío, inerte.
Recuerdo una anécdota que viene al caso. Había un equipo súper profesional plagado de estrellas con salarios exorbitantes. En el entre tiempo de un partido, en el cual estaban siendo vapuleados y dando una imagen realmente indigna, el entrenador se acerca a ellos y pronuncia lo siguiente: “Esto es una vergüenza. Pero lo digo por ustedes. Porque pueden ganar todo el dinero del mundo, salir en tapas de revistas y pasearse con lo mejores autos pero nada de eso les va a hacer ganar un partido si no juegan con coraje poniendo lo mejor de ustedes en ello.”
Entonces no se trata de ser profesional o amateur. Se trata de ser un verdadero profesional, uno que juega dejando el alma y el que no lo hace es un vulgar mercenario.
Por Tomás De Vedia