Eramos tan pobres que…
Allá por 1958 el Club tenía sólo un juego de “camisetas de cambio” –con los colores del Colegio San Jorge-, que utilizábamos tanto los de Cuarta División como los de Primera. A los de Cuarta nos sobraba tela por todos lados, especialmente los días de lluvia.
Fue en Cuarta, en uno de esos días –muy lluvioso-, en el que debimos usar dicha camiseta. Pues bien, uno de nuestros Kings 3/4 , el Bebe Cúneo, que no se destacaba por su gran envergadura física, tenía dificultad en tomar la pelota debido a que las mangas excedían en mucho el largo de sus brazos, por lo que le pidió a Carlín Piran que lo ayudara a arremangarse.
Carlín inició la tarea procediendo, en primer término, a extender totalmente las mangas; los que lo veíamos pensamos que era para poder enrollarlas debidamente y evitar que se le soltaran con facilidad, pero fuimos sorprendidos al ver, instantes después, que nuestro “puntero” –con cara de resignación- tenía las mangas atadas con nudo doble y estaba impedido de usar sus manos.
El hecho provocó el enojo del capitán del equipo, Carlos González Chiappe, quien procedió a expulsar de la cancha a Pirán, dejando al equipo con un jugador menos (entonces no había reemplazos)
Esa situación se modificó cuando Carlín, aburrido de mirar el partido de afuera, comenzó a aplaudir y pedir a gritos: “González, ¿se puede?, González, ¿se puede?”… y ante la risa de referí y de los jugadores fue autorizado a continuar jugando.
Historia extraida del club SIC