De estar vivo hoy, Ned Haig difícilmente podría creer lo grande que se convirtió el rugby sevens.

En 1883, el carnicero de Melrose tuvo la idea de organizar un día de deportes, incorporando un formato reducido del rugby debido al tiempo disponible, para juntar fondos para mantener al club a flote.

Hoy, el deporte genera millones gracias a la televisión, venta de tickets y auspicios, jugándose en cada rincón del mundo; claramente dejó el pequeño pueblo en el Scottish Borders.

Si bien Melrose será por siempre el lugar de nacimiento, se reconoce como hogar espiritual del seven a Hong Kong, una de las muchas exóticas sedes del HSBC World Rugby Sevens Series, que comenzó en 1999-2000.

De un comienzo con doce equipos y tan solo tres mil espectadores en 1976 al gran evento de tres días de duración, con 28 equipos jugando ante un colorido público que suma 120 mil, el Cathay Pacific/HSBC Hong Kong Sevens es un de los eventos imperdibles del calendario en un destino clave en el calendario deportivo.

Desde su lanzamiento en 2012-13, la serie femenina ha crecido sin detenerse y hoy cuenta con un record de ocho torneos, seis de los cuales se juegan conjuntamente con los varones.

Circo trashumante

“El seven claramente ha crecido mucho desde que yo jugué,” dice el ex jugador de Inglaterra y actual entrenador de Inglaterra Mike Friday.

“Estuve en el principio de la serie y recuerdo jugar en una tormenta de arena y también en un estadio vació en Beijing, cuando se buscaba construir el circuito.”

“Algunas sedes funcionaron y otras no. Tenías las anclas que eran Dubai y Hong Kong, siempre con buen caudal de público. Había que llenar el calendario con sedes alternativas que crearan un circo trashumante, que es lo que es hoy día.”

La llegada de Rugby World Cup Sevens en 1993 le agregó otra dimensión al deporte, siendo nuevamente Escocia el lugar donde comenzó este camino que hoy agrupa a los mejores jugadores de seven del mundo, tanto en varones como mujeres.

En la última RWC Sevens en San Francisco en 2018, 100 mil simpatizantes generaron un increíble ambiente durante las tres jornadas en el icónico AT&T Park, con otros nueve millones de estadounidenses sumándose a la cobertura televisiva.

Permitirse soñar

La propia naturaleza del deporte del seven, sin depender tanto del tamaño, ha sido vehículo para el crecimiento del rugby en territorios donde el deporte estaba poco arraigado o no existía.

Estados Unidos fue uno de esos mercados donde se pudo crecer de gran manera. Bajo Friday, el equipo nacional masculino se transformó, terminando en segundo lugar en la temporada 2019.

“Es un formato del juego que puede ser realmente global y todos pueden competir y ser los mejores del mundo, tanto en varones como mujeres.,” dice Friday.

“En Estados Unidos estábamos en el treceavo lugar, con posibilidades de descender y terminamos casi ganando el circuito mundial.”

“Todos los países se pueden dar el lujo de soñar con ser una fortaleza mundial en el mundo del seven.”

Llaves del reinad

Inclusión en los Commonwealth Games y luego, de manera crucial, en los Juegos Olímpicos, llevó al rugby, en todos sus formatos, a un nuevo nivel.

Reconocido por su cualidad atlética y lo inclusivo del rugby gracias al creciente rugby femenino, en 2009, el Comité Olímpico Internacional votó en su mayoría incluir al rugby en su programa de ventas para Río 2016 y Tokio 2020.

China, que no estuvo en Rio 2016 pero clasificó a Tokio, ha visto el cambio, según cuenta su entrenador Sean Horan.

Despertó a China al rugby. Durante dos meses hubo todo tipo de celebraciones,” cuenta Horan, que previamente había llevado a las mujeres neozelandesas a la medalla de plata en Río

Al igual que Horan, Friday dice que los beneficios de la inclusión olímpica del rugby han sido enormes en Estados Unidos.

“Los Juegos Olímpicos son lo único que puede compararse con los super-deportes, basketball y el fútbol americano,” dice.

“La realidad es que si no puedes estar en esos dos deportes, puedes ser atleta olímpico y eso demostrará tu capacidad atlética, pero también generará interés en tu deporte por la cantidad de gente que ve los Juegos.”

“Los Juegos han servido para mejorar el conocimiento del rugby y crear ídolos. Como consecuencia, el seven es clave para el crecimiento del rugby en Estados Unidos.”

Lamentablemente, el coronavirus ha postergado los Juegos de Tokio hasta 2021, por lo que los simpatizantes deberán esperar para ver el tipo de habilidades y capacidad que tantos disfrutaron en Brasil hace cuatro años cuando Fiji y Australia se quedaron con las medallas de oro en varones y mujeres.

La vara quedó muy alta en Río pero tras el éxito que fue Rugby World Cup 2019 en Japón, la espera valdrá la pena.

WR