El rugby que vimos
Sonny Bill Williams quiso pero no pudo - Argentina fue impecable en defensa - Foto: iRB
Nueva Zelanda venció a Los Pumas por 33-10 en el ultimo partido correspondiente a los cuartos de final de la Copa del Mundo disputado hoy en Auckland.
Una vez estuvo demostrado en la cancha de que los partidos hay que jugarlos, que no existen los imposibles en el rugby, aunque si existen en cambio, mejores equipos.
Todo indicaba en la previa una victoria «facil» para los All Blacks, mas aun teniendo en cuenta las distintas realidades por la que llegaba uno y otro equipo. (Enumeradas a lo largo de toda la semana)
Entrando en el analisis del partido, observamos que arrancó «cauteloso y de estudio» por parte de los dos equipos. Ambos se respetaron demasiado a tal punto que cometieron errores claros de manejo debido a este nerviosismo.
Los All Blacks tal vez arrastrando el fantasma de su eliminacion en cuartos en el mundial pasado y los Pumas bastante debilitados en su estructura habitual y respetando tal vez demasiado a su rival.
Los All Blacks tomaron la iniciativa, jugando un rugby simple y muy poderoso en los puntos de contacto (donde es muy dificil pararlos), intentaron quebrar varias veces la linea de ventaja pero se encontraron con una ferrea defensa argentina que jugo tal vez uno de sus mejores partidos en este mundial, tanto en la marcacion como en los relevos.
Lo que parecia tal facil de hacer para los neoelandeces se volvia dificil al momento de intentar quebrar la linea de ventaja ya que siempre los de negro se encontraban con dos o tres argentinos encima de ellos marcandolos sin dejarles ninguna opcion de ataque e incluso haciendoles perder la pelota en varias ocasiones.
Argentina a este punto hacia lo que mejor sabe hacer: defender, pero seguia en deuda con algo en donde tiene demasiadas falencias y escasez de variantes: atacar. Un equipo que juega mejor sin la pelota que con ella.
Sin embargo en una gran escapada del rosarino Senatore (numero 8) arrancando de un scrum encontro los espacios para lanzar un ataque inesperado por su rival que derivaria tras jugar con los backs el el magnifico try del tucumano Farias. Argentina contra todos los pronosticos estaba arriba en el marcador (7-6).
Los All Blacks reaccionarian pero no pudieron lastimar el ingoal argentino durante el primer tiempo al cual se irian al descanso arriba por 12-7 tras 4 penales convertidos por Weepu. (que pateó magnificamente bien). El apertura Colin Slade que habia entrado por Dan Carter y que ya habia jugado en esa posicion ante Canada satisfactoriamente, «sintio» el peso de esa responsabilidad, estuvo impreciso, dubitativo y no estuvo a la altura de las circunstancias.
Los neocelandeces en la segunda parte tuvieron el dominio del partido, pero abusaron del juego por el centro de la cancha lugar por donde Argentina no los dejo pasar nunca. Tal vez de haber intentado mas hacia afuera la historia hubiera sido diferente, aparentemente Argentina dejaba mas espacios en esa zona, aunque se las arreglo muy bien para marcar cada vez que los de negro intentaron entrar por ese lado, dejando todo en esa tarea y llegando siempre a marcar al limite.
Argentina pago una vez mas su indisciplina con penales en contra, padecio un fallo demasiado fino por parte del arbitro y aunque no me gusta hablar de este punto porque considero que todos somos humanos y nos podemos equivocar (en especial los arbitros), Creo que fue claro que el criterio que tuvo hacia los All Blacks no fue el mismo que tuvo hacia Argentina. McCaw junto a la tercera linea negra se cansaron de hacer penales y meter la mano en los rucks sin embargo pocas veces fueron penalizados, no ocurriendo lo mismo cuando lo hacian Los Pumas.
Los errores que Los Pumas arrastraron durante todo el campeonato (Scrum, line-out) no fueron la excepcion en este partido. En el line tuvimos problemas desde el lanzamiento hasta perder las pelotas echadas por nosotros. (Inclusive las originadas por penales pateadas al line). Ellos supieron como neutralizar esa posicion. El scrum estuvo mejor contralado en este partido respecto a los anteriores y el maul fue la mejor arma que tuvo argentina, junto al juego corto que es lo que mejor que maneja este equipo. Cuando se animo a atacar pudo llegar al try, claro que no tuvo muchas oportunidades de hacerlo durante el partido.
Un momento llamativo del partido fue ver a 7 min del final y con una diferencia de 13 puntos a favor ver a los All Blacks pedir palos, eso indica claramente que todo lo que se dijo en las previa no fue asi en la cancha y que ellos hasta el ultimo minuto no estaban dispuestos a perder el control del mismo.
Para destacar la enorme tarea defensiva de todo el equipo, su actitud en el tackle y recuperacion. Gran trabajo de Roncero, Albacete, Carizza, Cabello, Agulla, Camacho y Contepomi.
Por el lado neocelandes, su medio scrum (hombre del partido) Piri Weepu, fue infalible a los postes y seguramente de no haber estado tan preciso la historia podria haber sido diferente.
Este partido marco la despedida de Mario Ledesma, (ahora entrenador de forwards de Stade Francais) que superó la marca de Agustín Pichot y con 18 es el argentino que más tiene en Mundiales, ademas de ser el hooker con más presencias en la historia. Ledesma jugo 16 años en Los Pumas y sumó 83 caps. Otro jugador que tambien se retiro fue el pilar Martin Scelzo, quien jugo para Argentina 59 caps entre 1996-2011.
En las estadisticas quedara que Argentina se quedo en cuartos de final cayendo frente a los All Blacks y el balance mundialista puede ser tomado como positivo si los objetivos eran entrar solo a cuartos de final. Se jugaron 5 partidos se ganaron 3 y se perdieron 2 , aunque las deudas pendientes estan directamente relacionadas al juego y la falta de criterio en cuanto a este, lo que se pretende hacer y como llevarlo a cabo.
Hoy ante Nueva Zelanda, se jugó un gran partido y es merito de todos los jugadores que dejaron todo y mis felicitaciones a todos ellos por el esfuerzo y sacrificio dejado en la cancha. Ahora viene el Cuatro Naciones, el camino es largo y sabemos que estamos para mucho mas, ya los «buenos papeles» no son suficientes, busquemos el verdadero protagonismo, que eso es lo que necesita el rugby argentino.
Por Pablo Csaky
