Vergallo debutó en Toulouse
El bautismo fue el sábado pasado, en un amistoso, frente a la La Rochelle, y el Puma, debido a que Byron Kelleher se encuentra lesionado, jugó el primer tiempo como titular. “Fue un partido desprolijo, típico de pretemporada. Algunas cosas nos salieron bien y otras no tanto. Pero bueno, estamos todos faltos de ritmo y eso es bastante lógico en esta época del año, ¿no? Por suerte pudimos ganar por 29-10”, cuenta el medio, que tiene nuevo look: se rapó la cabeza.
-¿Ya caíste del todo que estás jugando en Toulouse?
-Sí, ya sí. Al principio fue todo medio un shock, pero ahora ya está, ya caí. De a poco, me voy acomodando.
-Teniendo en cuenta que venías de jugar en un equipo de Pro D2 (Dax), ¿qué fue lo que más te llamó la atención cuando llegaste a Toulouse?
-Todo. Es imposible comparar el entorno, el hábitat, entre un equipo y el otro. Las diferencias saltan por sí mismas mirando dónde está uno y dónde está el otro. Algo que en lo personal me sorprendió mucho es la cantidad de gente que va a observar los entrenamientos. Siempre tenés a más de 20 ó 30 tipos mirándote.
-¿Ya pudiste relacionarte con todos tus nuevos compañeros?
-Recién esta semana llegaron los internacionales, pero a muchos ya me los crucé. Por suerte todos tienen la mejor onda; son muy amables. Me preguntan si me estoy adaptando, si me siento cómodo; la verdad, la mejor.
-Lo hacen porque sos amigo de Pato Albacete…
-(Risas) Me mudé a un departamento enfrente a donde viven el Oso (Alberto Vernet Basualdo) y él. Acá Pato es sumamente respetado; lo quieren mucho. Es un gran referente y está bueno tenerlo de mi lado, ja.
Está claro, Nicolás Vergallo ya se zambulló de lleno en el mágico mundo “toulousiano”. Y se lo escucha feliz. Razones no le faltan.
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