El apertura se sumó a último momento al plantel argentino y será titular frente a Tonga. Este año retomó su lugar en Los Pumas, donde no jugaba desde 2013.

La de Benjamín Urdapilleta es una historia que merece ser contada. Con un guión casi cinematográfico, el hombre que ocupará el lugar de Nicolás Sánchez (último goleador de la RWC 2015) en la conducción de Los Pumas en el próximo partido frente a Tonga, tiene sobre sus hombros la misión de encabezar la recuperación argentina, tras haber caído en el debut ante Francia.

Benjamín, contra viento y marea

Allá por diciembre de 2007 Urdapilleta debutó con la selección argentina en San Juan, frente Chile, por el Sudamericano de Mayores. Ese día marcó un try y cuatro conversiones.

Luego vinieron varios partidos más con el seleccionado, en torneos sudamericanos y su presentación en la ventana de junio de 2013, donde se perdió frente a Inglaterra (el jugó en uno de los dos partidos de la serie) y se derrotó a Georgia. Eso fue todo, hasta su regreso al seleccionado en 2019.

El apertura nacido en el Club Universitario de Buenos Aires (CUBA), partió joven al rugby profesional de Europa. El Harlequins inglés fue primero y más tarde en Oyonnax y Castres de Francia, totalizando nueve años en el extranjero.

Tal vez lo más curioso fue verlo enfrentar a Los Pumas, actuando para Barbarians Franceses, en la preparación de la selección nacional que conducía Daniel Hourcade en 2015. Al año siguiente la UAR implementó una regla que impedía llamar a jugadores que actúen en el extranjero al seleccionado nacional, que lo marginó de la consideración.

Urdapilleta “la rompió” en 2018. Fue campeón del Top 14 francés y elegido el jugador más valioso de la final que Castres le ganó a Montpellier.

Así fue que al chico que hizo las inferiores de fútbol en River Plate hasta los 15 años, se pudo entrenar con Los Pumas el 8 de julio de este año, pero se desgarró el bíceps femoral izquierdo y no pudo jugar el Rugby Championship.

Se recuperó e ingresó desde el banco de suplentes ante un amistoso frente a Sudáfrica en Pretoria. En pocos minutos convenció al entrenador Mario Ledesma, que tenía que ir a Japón.