Los All Blacks, en un mar de sensaciones
Algunos elementos indican que la situación de los neozelandeses no es todo lo estable y placentera que imaginaron para este Mundial. Por un lado, les brota la confianza y se sienten imbatibles por la capacidad y contundencia de sus jugadores. Por el otro, se plantean algunas dudas cuando recuerdan que «durante 66 minutos el único try del partido lo apoyaron los Pumas», tal como comentó David Leggat, de New Zealand Herald.
No es que menosprecien a la Argentina: «Creo que van a mejorar porque están jugando contra equipos de calidad cada semana, lo cual va a ser muy bueno para el rugby argentino», dijo Graham Henry, el entrenador de los All Blacks, sobre los Pumas. En realidad, los elogios a los rivales se reconocen pero lo que más interesa es cómo se alista el plantel para cumplir ese objetivo que se niega desde 1987.
Sin ir más lejos, y enfocándose en los detalles que faltaron para ganarles con más comodidad a los Pumas, los medios siguen recordando la actitud del wing Cory Jane, que unas horas antes de los cuartos de final fue fotografiado bebiendo alcohol y fumando en un bar de la costa norte de Auckland. «Si pensamos que estaba ante el partido más importante de su vida, se comportó como un idiota», escribió New Zealand Herald ayer.
Pero hay más preocupaciones. Cuando todos empezaban a digerir la salida de su principal figura, Dan Carter, por una lesión, el infortunio volvió a golpearlos. Su reemplazante en el puesto de apertura, Colin Slade, sufrió un desgarro en el aductor y también se quedó fuera de competencia. Y lo mismo ocurrió con el puesto de fullback, ya que otro que le dijo adiós a la Copa (lesión en el hombro derecho) es Mils Muliaina, que había reemplazado a Israel Dagg (desgarro en el muslo).
Por estas horas, en Nueva Zelanda todos hablan del drama de Piri Weepu, el verdugo de la Argentina, que anotó 23 puntos. Los familiares confesaron ayer ante los medios que le ocultaron al medio scrum la muerte de Johnny Lui, abuelo del jugador, que falleció a los 78 años por una neumonía. «Lo pensamos mucho y decidimos darle la noticia luego del partido, porque podía afectar su preparación. Cuando lo llamé después del partido para contarle la noticia lloró tanto que no podía hablar», contó Bill Weepu, su papá.
Muchas cosas suceden alrededor del equipo. Y los medios investigan la historia de cada jugador para saber todo sobre los hombres a los que apuestan para conseguir el título. Ahora los ojos están puestos en Aaron Cruden (22 años), que deberá reemplazar en la conducción a Carter y Slade. El joven, que interrumpió sus vacaciones en Disneylandia por la lesión de Carter, sufrió cáncer en los testículos hace tres años. Allá fueron los medios a entrevistar a Stu, su papá: «No puedo explicar lo que pasó después de la enfermedad. Lo vi cambiar. Es más maduro y aprovecha cada oportunidad».
Tantas noticias, sentimientos, sensaciones… Un país detrás de un equipo puede ser conmovedor o abrumador. En el medio están los All Blacks y sus desafíos.
Por Santiago Dapelo
Canchallena.com