La puerta hacia algo mejor
Ventana de Noviembre 2013
Como sucede en la actualidad de la política nacional, la vida de los Pumas trae una noticia tras otra. Tan rápido va transcurriendo todo que hasta parece muy lejano el último test por el Rugby Championship, ocurrido hace apenas 26 días. Tras la goleada ante los Wallabies vinieron las renuncias de Santiago Phelan y de otros tres integrantes clave de su staff (Fabián Turnes, Mauricio Reggiardo y Martín Gaitán); la declaración en conferencia de prensa sobre violación de “códigos”; la designación en su reemplazo -por ahora de modo interino- de Daniel Hourcade y hasta una nueva lesión del capitán Juan Fernández Lobbe, quien se quedó afuera de la gira que tendrá el primero de los tres partidos el 9 de noviembre, nada menos que ante Inglaterra, en Twickenham.
Ha sido un año de fuertes temblores dentro y alrededor del seleccionado nacional, por lo cual esta excursión a Europa, que también incluirá tests frente a Gales (16, en Cardiff) e Italia (23, en Roma) puede ser una excelente oportunidad para enderezar el barco. O, en su defecto, de hundirlo un poco más. Pero hay más probabilidades de lo primero que de lo segundo. Veamos por qué.
Las peleas dentro del staff, reconocidas por el mismo Phelan, más el hecho de que continuaba la incertidumbre sobre si el head-coach iba a seguir o no ya no serán más parte de la vida interna de los Pumas. Quizá la salida de Phelan y sus colaboradores haya quitado un foco de tensión que indudablemente existía, porque la situación se había desmadrado de tal manera que algún integrante del staff -como también de la dirigencia- había tomado parte en la división entre los jugadores.
Hourcade, quien conoce muy bien a varios de los que viajarán a Europa por haberlos entrenado en los Pampas o en los Jaguares, está ajeno a todo lo que ha venido pasando. Y, por sobre todas las cosas, es un hombre que cumplió con la tarea encomendada: pulió jugadores para que den el salto grande e intentó, con los distintos seleccionados que dirigió, un rugby veloz y profundo como el que se pretende a ese nivel. El tiempo dirá hasta dónde eso alcanza para los Pumas, pero vale un voto de confianza.
En cuanto al plantel que viajará pasado mañana a Europa, se prefirió no tocar mucho. Apenas un par de debuts (los tucumanos Santiago Iglesias y Javier Rojas) y tres regresos (Maximiliano Bustos, Gabriel Ascárate y el juvenil Santiago Cordero). Hourcade, en tanto, tendrá a su lado a Pablo Bouza y a Raúl Pérez, ambos ex Pumas de Duendes de Rosario, quizás el club que mejor juega en el país y del cual es también miembro Carlos Araujo, actual vicepresidente y fuerte candidato a reemplazar a Luis Castillo en la presidencia de la UAR. Pérez y Germán Fernández (analista de videos) son los dos sobrevivientes del staff de Phelan.Si no se genera una nueva disputa alrededor de la capitanía (por galones y peso dentro del plantel debería ser Patricio Albacete, pero no hay que descartar a Julio Farías, quien llegó a los Pumas por recomendación de Hourcade, y a Juan Leguizamón), el seleccionado argentino puede plasmar en la cancha algunas de las experiencias positivas que dejó haber jugado por segunda vez consecutiva contra los tres mejores del mundo.
En verdad, ante los europeos es donde los Pumas deberían mostrar que la competencia con All Blacks, Springboks y Wallabies sirve para crecer. Por eso, ésta no es una ventana más. Quizá sea la puerta hacia algo mejor.
Por Jorge Búsico
LA NACION