El primer estadio de rugby en Hungría abrió sus puertas oficialmente en octubre de este año, demostrando el crecimiento del deporte desde sus humildes orígenes hace medio siglo.

Si bien hubo algo de rugby poco después del comienzo de la segunda Guerra Mundial, el primer partido entre dos equipos húngaros fue en mayo del ’69 cuando el Árpádföld XV, representando uno de los 16 distritos de la capital, derrotó a los estudiantes del colegio secundario Vörösmarty por 25-21.

El rugby llegó de la mano del diplomático italiano Carlo Passalaqua, reconocido como el padre del rugby húngaro. Passalaqua hizo amistad con József Cziráki, profesor en Vörösmarty, en la primavera de 1969, y se organizaron cursos de rugby en la ciudad.

Unos cinco meses después de aquel primer encuentro, el diario nacional ‘Népsport’, informó el 14 de octubre de 1969 de la fundación del club Péceli Spartacus, con 50 miembros.

En su mejor momento, hubo unos 50 clubes en el país, pero al regresar a su país Passalaqua, el envión se frenó, más allá del trabajo de los voluntarios.

La Unión de Rugby de Hungría recién se formó con la caída del comunismo en 1990 y el seleccionado jugó su primer test-match el 1 de julio de ese año, 131 días antes de la caída del Muro de Berlín, ante Alemania Oriental – cayeron 7 a 3.

Influencia celta

Fueron dos galeses y un escocés los responsables de empujar el rugby en años recientes.

Cuando en agosto de 2016 Richi Williams tomó el cargo de Director de Alto Rendimiento del rugby masculino, Hungría venía de perder nueve partidos seguidos y estar en el puesto 83 del ranking de World Rugby. Hoy están en el puesto 65, habiendo estado 61, ganando el ascenso a la Rugby Europe’s Conference 1 North division tras un buen clasificatorio a RWC 2019.

Se sumó el escocés Craig Dods para las mujeres coincidentemente con la elección de Antal Kiss como nuevo presidente de la unión, lo que trajo gran energía y visión. Junto a lo que aportaban los dos celtas, el rugby húngaro renació, hoy tiene 20 clubes y muchos jugadores masculinos y femeninos. Si bien Dods sigue en Hungría, Williams tiene menos carga laboral al ser el nuevo entrenador del club inglés Cambridge RUFC, de la National League One.

Tomó entonces su posta Gareth Lloyd, otro galés que jugó quince años para Hungría, país donde nació su mujer y cinco hijos. Hoy es el entrenador de los seleccionados de quince y seven y el M18 masculino.

Orgullo

“No era mi intención ser entrenador del equipo nacional, pero una semana después de mi retiro me ofrecieron ser asistente de Richie; luego quedé a cargo, y lo estoy disfrutando,” dijo Lloyd, que reconoce en Williams haber logrado el compromiso y la cultura alrededor del equipo nacional, empujando a jugadores amateurs a hacer sacrificios por jugar para su país.

El rugby compite con el fútbol, handball y waterpolo en la búsqueda de recursos, pero el apoyo del Ministerio de Deportes hizo que se pueda gestionar el nuevo estadio nacional de rugby con capacidad para tres mil espectadores.

“El estadio nos da un hogar, algo que nunca tuvimos. Siempre jugué en Budapest y nos cuesta mucho conseguir campos de rugby por que no nos permiten usar los de fútbol.”

“Nos da un lugar para desarrollar los distintos seleccionados nacionales, poniendo al rugby en el mapa.”

Situado en el bonite Kincsem Park, en las afueras de Budapest, el estadio de rugby es parte de un complejo deportivo que incluye una pista de carrera de galgos y la principal pista de carreras.

“Hemos recibido el apoyo generoso del gobierno y el ministerio que creen y confían en el rugby,” dijo Antal Kiss.

“Los logros son el resultado de una estrategia a ocho años. Del pequeño rugby comunitario hemos crecido a ser parte de la cultura deportiva nacional.”

Kiss quiere que el Kincsem Park tenga múltiples actividades para los dos millones que viven en Budapest, relacionando educación y rugby, además incorporando un museo de rugby. Al abrir también el Estadio Puskás para 68 mil espectadores, Hungría puede organizar grandes eventos deportivos, además de su excelente ubicación geográfica.

“En mayo/junio del año próximo estaremos recibiendo el Rugby Europe Trophy Sevens en el nuevo estadio, con doce equipos europeos, un paso importante para nosotros,” reveló Lloyd.

Interés nacional

La participación en los clasificatorios olímpicos fue importante como lo es que empiezan a surgir el interés por jugadores húngaros en otros mercados; el tercera línea Bence Roth fue el primero en firmar un contrato profesional al unirse al US Bressane, en el Pro D2 de Francia.

El también tercera línea Thomas Ducrocq fue quien lideró el triunfo en el debut en el estadio, celebrando el 50 aniversario, con un triunfo por 38 a 13 ante Letonia en el Rugby Europe’s Conference 1 North.

“Creo que fue una de las mejores actuaciones de los chicos y nos permite crecer.” El triunfo, el estadio, el interés nacional y el ambiente del rugby alineado hace prever que Hungría está creciendo con bases sólidas.

WR