Hernández intimo
El astro argentino que se encuentra recuperándose de una lesión en la espalda, habla desde Sudáfrica de su visión sobre esta faceta del juego. En su exposición distingue dos bloques: el uso táctico del pie y la consecución de puntos con el pie a través del tiro a palos o el drop.
A esta serie sobre las “cicatrices” que marcan el estilo de juego argentino y que arrancamos hablando de su especial técnica en melé, la bajadita, seguimos con el sacrificio y la defensa y rematamos ayer con el artículo sobre el juego al pie, el aspecto técnico y táctico que más ha definido el rugby argentino, le ponemos ahora el mejor ‘punto y final’ que podría tener, con la sorpresa prometida.
Y es que Juan Martín Hernández, el sensacional apertura de Los Pumas, quizás la figura más universal ahora mismo del rugby argentino y uno de los pocos ’10’ del deporte del país de la albiceleste que ha sido comparado con Maradona por la brillantez de su juego y el grado de perfección de su pateo -no es raro escuchar a la afición de los “Pumas” el famoso «Maradóóóó… Maradóóóó…»-, escribe para Marca.com en exclusiva. No sólo es uno de los jugadores en activo del rugby mundial que mejor puede hablar en primera persona sobre lo que implica el juego al pie, sino que, lo mejor de todo, su forma de escribir es casi tan acertada y valiosa como su forma de patear a palos…
Juan Martín Hernández, “Juani” como es conocido por los aficionados argentinos, arranca diciendo… «El juego con el pie es cada día más importante en el rugby moderno. Entre dos equipos muy parejos, a veces, lo que define el partido es el que cuente con mejor juego al pie, no sólo en los lanzamientos a los palos, sino en el juego en general». En su exposición, el apertura argentino distingue en dos bloques: el uso táctico del pie y la consecución de puntos con el pie a través del tiro a palos o el drop.
«Podría decirse que la eficacia de la patada a los palos requiere de una gran concentración mental, pero en igual medida de la capacidad física para ejecutar correctamente la técnica»
Sobre el uso táctico Juani nos aporta: «A lo largo del desarrollo de un partido, el juego táctico con el pie se debe ir adaptando a las necesidades de cada momento en función de: la estrategia, las debilidades detectadas en el contrario y las propias fortalezas. Así, uno puede variar el uso del pie poniendo presión constantemente sobre sus adversarios con patadas altas o bien poniendo la pelota a sus espaldas con patadas largas y profundas. En muchas ocasiones, una patada defensiva bien ejecutada se convierte en la primera fase de una acción ofensiva que ocasione mucho peligro al rival. Igualmente, es un recurso ofensivo para situaciones puntuales como tratar de ganar terreno con una buena patada al line o con un sombrero a la espalda de primera línea de defensa. Si un equipo tiene la virtud de combinar el juego a la mano con el juego al pie, acierta en que momento tiene que utilizar cada recurso y lo ejecuta correctamente tiene medio partido ganado».
El genial apertura argentino continúa con la suerte del tiro a palos: «Podría decirse que la eficacia de la patada a los palos requiere de una gran concentración mental pero en igual medida de la capacidad física para ejecutar correctamente la técnica. No se puede conseguir un gran porcentaje de eficacia si el ejecutor no está suficientemente concentrado pero tampoco se consigue la concentración necesaria para golpear correctamente si se está cansado. El trabajo mental lleva a que el cuerpo siga una coordinación mecánica y así poder impactar la pelota con mayor precisión. La concentración física hace que en el momento de la patada, todos los músculos estén preparados para la correcta ejecución. La preparación física se logra con la repetición de la técnica individual de golpeo en los entrenamientos, la costumbre de hacer siempre el mismo movimiento y gestos en cada pegada lleva a la eficacia. Es muy importante que cuando se practica se trabaje autogenerando la presión con la que se ejecuta una patada en un partido, es decir, en el medio de una cancha con miles de espectadores y mucho ruido. La capacitación mental para superar el estrés de la presión externa (ambiental) e interna (física) unido a la repetición constante del mismo movimiento es lo que hace que un jugador se convierta en un buen pateador a palos».
Continua hablando del drop. «A diferencia del golpeo a palos, en el drop no se dispone del tiempo de concentración necesario. Se trata de un lance del juego en el que el ejecutor decide en un corto espacio de tiempo que, por su óptima colocación en la cancha, por la necesidad de sumar tres puntos o porque se ha quedado sin más opciones, es la mejor opción ofensiva para su equipo en ese momento. Esto no quiere decir que no requiera de concentración para tener éxito pero es cierto que entre la toma de decisión y la ejecución transcurre menos de un segundo en la mayor parte de los casos excepto cuando es un movimiento preparado. La técnica individual es muy importante y requiere igualmente de mucho entrenamiento, se suma la dificultad del tiempo de preparación y ejecución así como de la coordinación de brazos y piernas. Si no se dispone de la técnica correcta para acomodar el balón al pie después del bote va a ser muy complicado que tenga éxito. Los equipos que cuentan con jugadores que dominan el drop consiguen condicionar mucho la defensa rival y por tanto ganan muchos enteros en campo contrario».
No creemos que exista mejor broche para poner punto y final a esta serie sobre las cicatrices del rugby argentino que las palabras de un astro del oval como Juan Martín Hernández que ha tenido la amabilidad y la deferencia de dedicarnos su tiempo para hablarnos en exclusiva sobre el juego al pie. Desde aquí, le damos las gracias y le deseamos una pronta recuperación para que podamos volver a disfrutar de su juego en los campos de rugby.
Marca.com